“El servicio debe ser con humildad”

Por Carlos figueroa @identidadcreada
Jesús lava los pies a sus discípulos.

Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía;  así que se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura.  Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Juan 13:4-5

Los judíos pobres andaban descalzos, y los otros con sandalias. Un gesto de buena acogida era ordenar a su sirviente que lavase los pies del caminante. A pesar de que dicha costumbre no existía entre los apóstoles, pues no tenían sirvientes, Jesús quiso ser aquella noche el sirviente. En el tiempo de Jesús los que lavaban los pies eran aquellos esclavos considerados inservibles, porque era un trabajo sucio, indeseable en su tiempo. El Hijo de Dios se hincó ante el ser humano, como un esclavo inservible para lavar los pies de sus discípulos. Dios hecho Hombre se rebaja hasta lo más bajo, al valor de un esclavo. De esa manera enseña que la manera en que se debe servir es con humildad, para ello se requiere despojarse “se quitó el manto” El servir no nos hace inferiores, no nos daña la imagen, no nos quita el estatus, y aquí Jesús pone el servicio sin restricción sin mirar que y quien, simplemente servir con humildad. En Lucas 22:24-30, inmediatamente seguido de la Cena del Señor, hubo entre los apóstoles una disputa acerca de quién de ellos sería el mayor. Jesús indicó que esto sería algo natural de esperar del mundo, y Él dijo: “Pero entre vosotros no será así” (v. 26). Gálatas 3:28 dice, “Ya no hay judío, ni griego; no hay esclavo, ni libre; no hay varón, ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. Las palabras de Jesús y el mensaje que Pablo estaba dando no han cambiado. Hay igualdad de la verdad hallada al pie de la cruz. La próxima vez que nos arrodillemos a lavar los pies de nuestro hermano o hermana acordémonos de esto.


Tarea en Familia: Hoy déjame hacerte una pregunta ¿Qué representa ese manto? ¿Qué debemos retirar de nosotros que nos impide servir y que no nos permite servir con Humildad?

El porqué de este evento.


El versículo 5 dice: "Luego puso agua en una vasija“  Cristo tomó la porción de agua necesaria para lavar los pies. El agua es símbolo, figura de la Palabra. Cuando vayamos a restaurar a un hermano, colguemos nuestros conceptos en la percha de nuestra casa, y llevemos al hermano sólo y exclusivamente la Palabra de Dios, pero con amor. Llevémosle sólo la Palabra para que ella realice el efecto de limpieza espiritual. Después, Jesús se ciñó una toalla, dispuesto a servir. Y cuando aplicó el agua los enjugó y con la toalla acarició aquellos pies. Cuando vamos a restaurar a un hermano que ha cometido una falta debemos tener cuidado, porque si le tiramos encima un balde de agua bíblico y lo dejamos así, ese hermano se va a enfriar. Tal vez conocemos a algunos que no han vuelto más a la Iglesia, porque han sido golpeados y no disciplinados por el pueblo de Dios. Jesús dice, ve y acaricia esos pies.
Por último y en tercer lugar, Jesús enseñó algo muy grande para poder restaurar a un hermano. Jesús lavó los pies de los discípulos arrodillado. No se puede lavar los pies cuando uno está de pie. Jesús se puso de rodillas. Cuando vayamos a hacer un ministerio de restauración, tenemos que ponernos de rodillas. Y antes de hablar a ese hermano de Cristo, hablemos mucho más tiempo a Cristo de ese hermano.

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