PROXIMA PARADA AGUA DE DIOS CUNDINAMARCA

LLEGÓ LA HORA DE NUESTRA VISITA VISITA A LOS SANATORIOS DE AGUA DE DIOS CUNDINAMARCA, ESTAMOS LISTOS PARA COMPARTIR LA MAGIA DE NUESTROS CORAZONES Y EL SERVICIO PARA CON ESTOS BELLOS SERES HUMANOS.

Cuentan los que cuentos cuentan, que Agua de Dios fue un Municipio cimentado por un grupo de pacientes contagiados con la mal llamada Lepra, desterrados por habitantes de otro de los municipios aledaños, obligados a apoderarse de una finca que tenía ese mismo nombre. Cientos de niños, hombres y mujeres son aislados y bajo una alambrada custodiados por la Policía Nacional, la que igualmente era parte de la pequeña ciudad, con normas propias, prohibiciones y hasta moneda propia “la coscoja”. 60 años después el Gobierno Nacional les devuelve sus derechos civiles, constitucionales y políticos, adjudicando tierras a los poseedores, para ser el hoy Municipio de Agua de Dios. En la actualidad con normas especiales.
Hoy pese a la ardua labor de profesionales de la salud, y por la cantidad de pacientes asilados en tres albergues dependientes del Hospital Central del Municipio, las necesidades de los convalecientes es inmensa, carentes de muchas cosas, conviven en pabellones mujeres, separadas de los hombres por razones comprensibles, con la enfermedad de Hansen. A la que todos pese a lo controlado de la enfermedad aborrecemos. Uno de los albergues para hombres es el Boyacá cuenta con cuatro pabellones (María Auxiliadora, San José, Juan Bosco y Rosario), el segundo es el Ospina Pérez igualmente para hombres y el tercero el San Vicente exclusivo para mujeres, dispone de tres pabellones (Juan Elsakers, Holanda, Pabellón Sáenz).

La invitación es pues a recordar a cientos de dolientes, que esperan a que la muerte venga y se los cargue, a visitarlos, a proporcionarles amor, la lepra es una enfermedad que en el siglo pasado era un mito, comprensible por cierto, además porque solo hasta en el año de 1874 se descubrió, hoy la enfermedad de Hansen, es de nula transmisibilidad cuando es tratada. La prevalencia de la enfermedad ha disminuido en un 90%, la detección de nuevos casos ha venido decreciendo en un 35%. La segregación constituye una medida innecesaria. Gracias comandante Che por enseñarme que la lepra no es la muerte, en una enfermedad como cualquier otra que puede ser tratada y menos peligrosa que muchas otras.

"Después de mi muerte, haré caer una lluvia de rosas." Santa Teresita de Jesús.

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AGUA DE PANELAS DEL ALFARERO - EL ANGEL DE LA CALLE